
En el caso de algunas personas, el café puede estimular los movimientos intestinales además de aportar energía.
A pesar de su popularidad, no hay muchas investigaciones sobre por qué el café hace que muchas personas salgan corriendo apenas minutos después de tomarlo.
«En algunos casos, como con el café y los movimientos intestinales, es probable que no haya existido una demanda médica suficiente para hacer una investigación seria», explicó por correo electrónico el Dr. Kyle Staller, director del Laboratorio de Motilidad Gastrointestinal del Hospital General de Massachusetts.
«También puede ser un caso de obviedad. Lo que significa que no se necesitan múltiples estudios para saber que el café induce el movimiento intestinal cuando representa una parte tan importante de la vida diaria de muchas personas».
Puede que simplemente el café tenga algo especial, y la investigación que existe prueba que «los pacientes tienen razón», dijo Staller, también profesor asistente de medicina en la Facultad de Medicina de Harvard. Algunos estudios pequeños han demostrado que beber café fue más efectivo que el agua tibia para inducir los movimientos intestinales. Lo que ya implica algo, pues «el agua es una parte integral de la digestión normal y el tracto digestivo libera y reabsorbe grandes cantidades de ella todos los días», añadió Staller.
Por supuesto, esto no significa que la ingesta adecuada de agua no sea esencial para tu salud en general. «Alrededor del 60% de tu cuerpo está hecho de agua», indicó Jerlyn Jones, nutricionista dietista certificada y portavoz de la Academia de Nutrición y Dietética, en un correo electrónico
Ahora bien, si el café es cafeinado o descafeinado no parece tener mucha relevancia en los estudios, según otra investigación. Lo que sugiere que, en algunos casos, los compuestos del café además de la cafeína podrían ser responsables de los movimientos intestinales repentinos.
Las identidades de estos compuestos y cómo podrían interactuar con el tracto digestivo aún se desconocen en gran medida. Pero aquí te dejamos lo que los investigadores han descubierto hasta ahora.
El café podría causar contracciones de colon
El colon experimenta tres tipos de contracciones que trabajan juntas para mezclar, presionar y finalmente expulsar las heces. La aparición, el momento y la frecuencia de estas contracciones reciben la influencia de factores musculares, neurales y químicos.
El café podría estimular esta actividad motora del colon a los pocos minutos de consumirlo, según la limitada investigación disponible, señaló Staller. Doce personas sanas experimentaron esta actividad durante un estudio de 1998, cuando aceptaron que se les insertara una sonda sensora en el colon. Durante un período de 10 horas al día siguiente, los participantes consumieron café caliente, café descafeinado, agua o una comida en orden aleatorio. Ambos tipos de café y una comida causaron más contracciones y presión en el colon, en comparación al agua. El café con cafeína fue un 60% más efectivo que el agua para estimular la actividad motora del colon y un 23% más que el descafeinado.
Varios participantes de otro estudio dijeron que beber café les provocó ganas de ir al baño y luego pasaron por una prueba similar. Su actividad de colon aumentó dentro de los cuatro minutos de beber café negro sin azúcar, un efecto que duró al menos 30 minutos.
Esos resultados probablemente significan que el café no entra en contacto directo con el revestimiento del colon, sino que lo afecta a través de un «reflejo gastrocólico», señaló Staller. Lo que significa que cuando el café entra en contacto «con el revestimiento del estómago desencadena una respuesta del sistema nervioso o una respuesta hormonal que hace que el colon comience la contracción”, dijo. «Las contracciones del colon mueven el excremento en el colon hacia el recto y listo, tienes ganas de ir al baño», añadió.
Las melanoidinas ––compuestos que se forman durante el tostado del café–– tienen fibra dietética, lo que ayuda a la digestión y previene el estreñimiento, dijo Jones.
Podría afectar las hormonas y el ácido estomacal
El café parece estimular también la liberación de la hormona gastrina, dijo Staller, la cual permite la producción de ácido gástrico (ácido estomacal). El ácido gástrico ayuda a digerir los alimentos y puede estimular la actividad colónica. Los investigadores descubrieron en 1986 que beber café con cafeína o descafeinado afectaba los niveles de gastrina de manera rápida y significativa.
Después de ayunar durante la noche, los hombres en un pequeño estudio de 2009 recibieron una comida y un café negro, o solo una comida. Beber café aceleró significativamente el tiempo que tardaba la comida en salir del estómago y entrar en el intestino delgado después de ingerirla.
«Algunos compuestos en el café también podrían interactuar con los receptores opioides en el tracto GI», lo que afecta la función intestinal, agregó Staller.
Lácteos y salud digestiva
Ahora bien, si eres intolerante a la lactosa, pero disfrutas de la crema con un poco de café, esta podría ser la culpable de cualquier impulso repentino de defecar.
«Una forma de averiguar qué te hace ir al baño es tomar café sin crema láctea o sin leche y hacer un seguimiento de sus síntomas durante unos días», dijo Jones.
La investigación sugiere algunos beneficios digestivos de beber café. Pero, ¿debería ser tu café matutino diario lo que uses para mantenerte regular en la deposición? Si está estreñido, no es irrazonable beber café para ayudar a que las cosas se muevan, dijo Staller.
«Pero no confíes únicamente en él para mover los intestinos», dijo Jones. «Habla con tu médico si tienes problemas para ir al baño con regularidad».
Jones recomendó aumentar lentamente la ingesta de fibra dietética «con frutas, verduras, granos integrales, frijoles, nueces y semillas». «El adulto estadounidense promedio consume solo de 12 a 14 gramos de fibra al día y las Pautas Dietéticas para Estadounidenses 2020-2025 recomiendan de 25 a 30 gramos de fibra al día para adultos».
Las personas propensas a tener evacuaciones intestinales blandas o urgentes «pueden querer considerar que el café también puede ser un desencadenante de esos eventos desagradables», dijo Staller.

🌿 Reflexión: Vivimos rodeados de ruido, ansiedad y noticias que roban la calma. Pero Jesús nos ofrece una paz diferente, una que no depende de las circunstancias sino de su presencia. El Adviento nos invita a detenernos, respirar y recordar que la paz no es la ausencia de problemas, sino la certeza de que Dios camina con nosotros. Cuando su paz habita en el corazón, también puede reflejarse en el hogar, en el trabajo y en nuestras conversaciones diarias. 💬 Preguntas para aplicar: ¿Qué cosas te están robando la paz hoy y necesitas entregarle a Dios? ¿Cómo puedes ser un instrumento de paz para alguien esta semana?

El San Antonio Zoo ha inaugurado oficialmente Congo Falls, una impresionante nueva área temática que recrea la riqueza natural del corazón de África, ofreciendo a los visitantes una experiencia totalmente inmersiva entre cascadas, senderos rodeados de vegetación exuberante y modernos hábitats diseñados para el bienestar animal, donde especies como primates y aves exóticas pueden observarse más de cerca, al mismo tiempo que se promueve la conservación, la educación ambiental y la conexión familiar, consolidando al zoológico como uno de los espacios más innovadores y atractivos de la ciudad, ideal para que residentes y turistas disfruten de una experiencia única que combina naturaleza, aprendizaje y diversión para todas las edades. Además, Congo Falls integra áreas educativas interactivas y espacios diseñados para inspirar a niños y adultos a aprender sobre la protección de la vida silvestre y los ecosistemas africanos, reforzando la misión del San Antonio Zoo de crear conciencia sobre la conservación global, mientras ofrece una nueva razón para visitar el zoológico y vivir una experiencia inolvidable que fortalece el vínculo entre la comunidad y la naturaleza.

🌿 Reflexión: El Adviento comienza con la esperanza. No una esperanza vacía, sino una que nace de la promesa de Dios. En medio de las dificultades, Dios nos recuerda que la luz siempre vence a la oscuridad. Jesús es esa luz que ilumina nuestras sombras y nos da motivos para seguir adelante. Aun cuando las circunstancias parezcan inciertas, podemos confiar en que Dios sigue obrando, y su promesa se cumplirá —como lo hizo aquella noche en Belén. 💬 Preguntas para aplicar: ¿En qué área de tu vida necesitas renovar la esperanza? ¿A quién podrías animar esta semana con un mensaje de fe y confianza en Dios?

Durante cientos de años, la gente esperó a Jesús. Así que esta Navidad, si te encuentras en una temporada de espera—no estás solo. Y la espera puede ser un poderoso recordatorio del Único al que adoramos. Dios podría habernos salvado en un segundo, pero eligió enviarnos un niño. Alguien que viniera a vivir entre nosotros, a sufrir entre nosotros, y a morir por nosotros como el regalo perfecto que nunca podríamos ganar ni merecer. A veces nos encontramos tan ocupados en las fiestas haciendo cosas para Dios que olvidamos que su regalo era estar con nosotros. Nuestro resentimiento aumenta porque hacemos lo correcto con el corazón equivocado. Es muy fácil para nosotros olvidar que el regalo de Jesús no se trata de nosotros o de nuestro esfuerzo, sino de Dios y su gracia. Pero esta Navidad, no tenemos que apresurarnos en las fiestas. Podemos hacer una pausa para reflexionar y recordar el regalo de la gracia. El regalo que significa que podemos dejar de esforzarnos, dejar de estresarnos y dejar de intentar ganar nuestro camino hacia Dios—y en su lugar recibir lo que Jesús vino a darnos. Los sabios no presentaron regalos para ganar su camino hacia Dios. Los regalos no se ofrecían con una agenda o una expectativa de bendición. En su lugar, presentaban regalos como un exceso de adoración y una extensión de su admiración. Podemos seguir su ejemplo. Que no ofrezcamos nuestra obediencia por obligación sino por un desborde de pasión por Aquel que nos envió el mayor regalo. Los regalos que los sabios ofrecieron son una fuente de esperanza para nosotros hoy en día porque nos recuerdan a quién adoramos. Un Dios que enviaría a su Hijo como nuestro Rey, nuestro Sanador y nuestro Salvador. Deja de apurarte en las festividades y comienza a abrazar un ritmo de asombro al recordar el nacimiento de Jesús, nuestro Rey resucitado. Ora: Dios, gracias por enviarnos el mayor regalo a través de tu Hijo, Jesús. Centra mi corazón en lo que has hecho por mí, y ayúdame a recibir plenamente el regalo de la gracia. Ayúdame a dejar de andar con rodeos y a empezar a adorarte con asombro por quién eres y por lo que has hecho. En el nombre de Jesús, amén. Practica: Pasa algún tiempo en la quietud hoy, disminuyendo la velocidad para escuchar a Dios y adorarlo por Quién es.

¿Cuál es el mejor regalo que te han dado? Tal vez fue solo un regalo considerado y oportuno con el que alguien que amas te sorprendió. Tal vez fue un regalo que costó más de lo que crees que mereces. Tal vez fue algo que nunca supiste que querías. Aunque nunca podríamos merecerlo ni ganarlo, Jesús hizo un gran sacrificio sólo por nosotros. Mientras todavía éramos pecadores, sabiendo nuestros errores y antes de que pudiéramos amarlo de vuelta, Jesús eligió morir por nosotros para que pudiéramos elegir tener una relación con Dios. Ese solo hecho debería llenarnos de asombro y gratitud, y al igual que los hombres sabios, debería hacernos adorar. Mientras adoraban a Jesús, los hombres sabios le dieron a Jesús un regalo final: la mirra. La mirra tenía muchos usos diferentes, pero se asociaba principalmente con el sufrimiento y la muerte. La mirra se usaba como aceite de unción en el Antiguo Testamento para preparar el templo y a los sacerdotes o líderes. También se usó en el Nuevo Testamento como un aceite para embalsamar y como una medicina que alivió el sufrimiento de las personas que fueron crucificadas. Al igual que los otros regalos, la mirra presagió quién sería Jesús: El Ungido. Jesús fue ungido por el Espíritu Santo para predicar el evangelio, sanarnos y liberarnos (Lucas 4: 16-19). Un sirviente sufriente. Jesús no bebió la mirra para aliviar su tormento en la cruz (Marcos 15:23). Él asumió todo el peso de nuestros pecados y asumió todo el dolor y sufrimiento por nosotros. Y a lo largo de su ministerio, vemos el corazón de siervo de Jesús. El sacrificio supremo. Jesús hizo el último sacrificio: su vida por la nuestra. Sufrió y pagó por los pecados que nunca cometió. Al pensar en todo lo que Jesús hizo y logró durante su ministerio en la tierra, déjate ser llevado a la adoración. Esa adoración puede parecer muchas cosas diferentes. Tal vez mostrando gratitud a Jesús al alabarlo por quien es. Tal vez sufriendo por Cristo. Tal vez extendiendo la gracia y el amor de Cristo a los demás. La adoración es algo que los hombres sabios nos modelaron y que todavía es completamente relevante en nuestras vidas hoy. La temporada de festividades puede estar muy ocupada, y con muchas partes móviles. Como los hombres sabios, recordemos y honremos el regalo que Jesús nos dio. Que nunca estemos tan ocupados o distraídos que olvidemos recordar el qué realmente estamos celebrando y el mejor regalo que tenemos. Ora: Señor, gracias por sufrir por mí y darme el mejor regalo de todos: tu vida. Qué maravilloso regalo y sacrificio hiciste, Jesús. Sinceramente, no puedo agradecerte lo suficiente. Por favor, recuérdame Tu gracia y Tu amor hoy, y ayúdame a tener el mismo corazón de sacrificio y de servicio que Tú tienes. En el nombre de Jesús, amén. Practica: Toma tiempo o energía extra para extender gracia, amor o bondad a alguien hoy.

El siguiente regalo que los sabios trajeron a Jesús es el incienso. Savia. Sí, el incienso es savia seca de los árboles. Específicamente árboles que crecen en y alrededor del extremo sur de la península arábiga. En primer lugar, un cuchillo especial perfora una herida en el árbol Boswellia sacra por donde empieza a salir la savia. Esta primera savia no se recoge, simplemente limpia las impurezas. Más tarde, se realizan más cortes para liberar un líquido refinado. A medida que la savia se seca, crea lo que se conoce en la industria como una "lágrima". Estas lágrimas se recogen del árbol, se trituran y se venden como incienso. El incienso entregado a Jesús habría viajado (probablemente en camello) a través del desierto de Arabia como se presagia en Isaías 60:6. En ese momento, habría valido más que su peso en oro. Pero es en el propósito y la función de este regalo que realmente podemos comenzar a ver su valor. El incienso se quemaba sobre todo como especie de aromatizador. En realidad, la propia historia de la palabra apunta a algo así como aroma puro o de alta calidad. A lo largo de la historia del Antiguo Testamento, este aroma puro fue utilizado por los sacerdotes en el templo como parte de la adoración ritual y el sacrificio hecho a Dios para cubrir los pecados. También se usó regularmente en todo el mundo antiguo como agente curativo. Investigaciones científicas recientes sugieren que el incienso todavía tiene poderes curativos, especialmente contra ciertos tipos de cáncer. Cuando fue entrevistado por la BBC, el inmunólogo Mahmoud Suhail explicó: "El cáncer comienza cuando el código de ADN dentro del núcleo de la célula se corrompe. Parece que el incienso tiene una función de reinicio. Puede decirle a la célula cuál debería ser el código de ADN correcto". ¿Por qué los hombres sabios trajeron el regalo del incienso al joven Jesús? Ya sea que lo supieran o no, trajeron quizás la única sustancia que podría contar la historia de Jesús predicha en Isaías 53:5 NVI: Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Jesús hizo esto, y Jesús hace esto. Al igual que parte del árbol Boswellia sacra se tritura para crear incienso, Jesús fue triturado para que pudiera convertirse en nuestro agente de curación: el sacerdote definitivo que ofreció su vida como sacrificio final y perfecto por nuestro pecado y que sigue acudiendo a Dios en nuestro nombre. Él es la función de reinicio que arregla todo. Él es nuestra paz. Ora: Jesús, gracias por ser el restablecimiento que nos hace estar bien con Dios. Gracias por seguir intercediendo por nosotros y por todas las maneras en que nos sanas, nos restauras, nos traes paz y demuestras que estás con nosotros. Amén. Practica: ¿Cómo le adorarás por lo que hizo y sigue haciendo hoy? ¿Cómo puedes confiar en Él como tu sacerdote y sanador?

¿Alguna vez has luchado por encontrar el regalo perfecto para alguien que amas? Deseas que sea significativo para ellos para que vean lo significativos que son para ti. Los hombres sabios le dieron regalos a Jesús que, al pie de la letra, parecen un poco extraños, pero que en realidad pintan un hermoso cuadro de quién es Jesús. Le trajeron oro, incienso y mirra. Es fácil dejarlos pasar sin prestarles atención, pero estos regalos tienen un significado que puede ayudar a centrar nuestros corazones esta Navidad. Juntos, esos dones nos muestran quién es Jesús. Un Dios soberano pero dispuesto a sufrir para salvarnos. Hay muchas razones por las cuales los hombres sabios podrían haber elegido traer oro como uno de sus regalos a Jesús. Por un lado, el oro es algo que le darías a un rey. Pero piensa en la fe que habrían tenido para dar oro a un niño. Todos esperaban que Dios enviara un rey. De hecho, la gente en los días de Jesús querían que alguien gobernara su país, no necesariamente que gobernara sus corazones. En lugar de eso, Dios envió a un niño que crecería, nos enseñaría a vivir y moriría en nuestro lugar por nuestros pecados. Entonces un niño no era exactamente lo que algunos esperaban. Y sin embargo, los hombres sabios aún así presentaron oro, lo que demuestra que Jesús es nuestro Rey y es digno de alabanza, sacrificio y honor. El oro también era importante en el Antiguo Testamento. De hecho, en el libro de 1 Reyes, vemos cómo Salomón utilizó el oro cuando construyó el templo para Dios. Hay instrucciones muy específicas que tenía para construir este templo, porque era un lugar para que residiera la presencia de Dios. Dentro del templo había diferentes zonas, y la más interior se conocía como el Lugar Santísimo, o el Lugar Santísimo. En ese lugar, el sacerdote podía encontrarse con la presencia de Dios y hacer un sacrificio en nombre del pueblo. Las paredes y el altar de ese lugar santo eran de oro. Por eso, cuando los hombres sabios le dieron oro a Jesús, presagiaban que Jesús haría el máximo sacrificio por nosotros muriendo en una cruz y resucitando de entre los muertos tres días después, para que pudiéramos elegir tener una relación con Dios. Ahora bien, mientras que los hombres sabios le dieron oro a Jesús, Jesús nos dio un regalo mucho más precioso. Ellos no estaban comprando su camino a Dios. Ningún ser humano, por importante o adinerado que parezca, puede permitírselo. Jesús mismo pagó voluntariamente el precio que nosotros nunca podríamos pagar para allanar el camino hacia una relación personal entre nosotros y Dios. Los hombres sabios le dieron oro a Jesús, pero Jesús nos dio una conexión con Dios. La única respuesta razonable para los sabios fue dar lo que tenían como un extravagante acto de adoración a Jesús. Que sigamos su sacrificio y recordemos que Jesús es nuestro Rey. En una época que a menudo se asocia con las prisas, hagamos una pausa para recordar lo santo y asombroso que es que Dios enviara a Jesús para estar con nosotros. Ora: Dios, gracias por enviar a Jesús para ser nuestro último sacrificio. Gracias por ser el Rey de reyes y el Señor de señores. Recuérdame hoy Tu gloria. En el nombre de Jesús, amén. Practica: Mientras oras hoy, encuentra un lugar en el que arrodillarte para recordar que Jesús es Rey.

Es la época más maravillosa del año, pero a veces la lista de tareas pendientes parece interminable, los preparativos parecen desalentadores y las fiestas pueden recordarnos nuestras decepciones más profundas. Pero, ¿qué tal si elegimos pausar el ajetreo de la temporada y comenzar a descubrir una alegría más profunda? ¿Qué tal si disminuimos la velocidad para aceptar un ritmo de asombro? Podemos. Tu puedes. Pero para experimentar la época más maravillosa del año, tenemos que comenzar a hacerla la época de más adoración del año. Porque la maravilla y la adoración van de la mano. Puede que no sea fácil. Tal vez ha sido un año difícil. Tal vez estás experimentando la pérdida de un ser querido, la pérdida de un sueño o la pérdida de cómo creías que sería tu vida. Quizás estás en una temporada de espera. Pero tus experiencias pasadas no tienen que dictar tus expectativas futuras. Cuando adoramos, expresamos nuestro asombro ante alguien o algo. En esta época del año, todos tenemos motivos para adorar, y no están relacionados con nuestras circunstancias actuales. Tenemos motivos para adorar por el regalo que hemos recibido a través de Jesús. Solo mira lo que pasó cuando los hombres sabios escucharon sobre el nacimiento de Jesús: Y al ver la estrella [los hombres sabios], se regocijaron con muy grande gozo. Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. Mateo 2:10-11 RVR1960 Durante cientos de años, la gente había estado esperando. Esperando que Dios cumpliera su promesa de enviar a nuestro Salvador. Y la Navidad es uno de los mejores recordatorios de que Dios cumple sus promesas. Nos envió a Jesús como el regalo definitivo para demostrarnos que Dios quiere estar con nosotros. Los sabios lo celebraron con una alegría desbordante. Estaban sobrecogidos. Cayeron de rodillas e hicieron lo único que se puede hacer ante tanta maravilla: adorar a Dios. Esta Navidad, en lugar de centrarte en lo que tienes que hacer, adora a Dios por lo que ha hecho por ti. En lugar de centrarte en lo que te falta, céntrate en el amor de Dios. Desacelera tu ritmo de asombro adorando a Dios y agradeciéndole el regalo de Jesús. En los próximos días, hablaremos más sobre los hombres sabios, los regalos que le dieron a Jesús y cómo esos regalos pueden llevarnos a un lugar de adoración. Hablaremos de formas prácticas de recuperar la alegría de la Navidad, y juntos pediremos a Dios que nos devuelva el sentido de la maravilla. Ora: Dios, que en esta Navidad mi ritmo sea de asombro. Recuérdame quién eres, y ayúdame a adorarte con alegría. Ayúdame a dejar de centrarme en mi lista de cosas por hacer y a empezar a centrarme en el regalo de Jesús, Tu Hijo. En el nombre de Jesús, amén. Practica: ¿Cómo podrías aumentar tu sentido de la maravilla esta Navidad? ¿De qué manera puedes adorar en esta época?

El mensaje de la Navidad tiene como protagonista central a un niño. Un niño común y corriente al que hay que envolver en pañales y al que los visitantes van a encontrar acostado en un pesebre. En el centro no están los adultos; estos vendrán para cuidarlo, admirarlo y adorarlo. La redención no resultará de una gesta militar dirigida por los adultos, ni de la genialidad técnica de un adulto iluminado. Nos llegará por una vía más sencilla: un niño indefenso la traerá. El niño del pesebre nos expone el lugar que ocupan «los débiles» en los complejos procesos de transformación humana. Ellos siempre han sido vistos como objetos de transformación (por los que debemos hacer algo), aunque, en la realidad de Dios, son sujetos de ella (pueden hacer algo por todos). Acerca de este principio, enseña el apóstol Pablo que «porque la locura de Dios es más sabia que los seres humanos, y la debilidad de Dios es más fuerte que los seres humanos» (1Co 1.25). Entre los enfermos, los niños y niñas, las personas con alguna privación física, los migrantes indocumentados, los indígenas y tantas personas más que son tratados como insignificantes, se revela la gracia salvadora de Dios. Se podrá soñar con otro mundo posible (Foro Social Mundial) a partir de estos «débiles» despojados de poder antes que con los fuertes del mundo… solo hábiles para consolidar sus estrategias del poder inútil. Entre pañales y olor a establo reposa la esperanza del mundo. Para seguir pensando: «Nos ha nacido un niño, un Dios se nos ha dado, Hay que nacer de nuevo, desnudos como el niño, Descalzos de codicia, de miedo y de poder, sobre la tierra roja. Hay que nacer de nuevo, abiertos al Misterio, ungidos de esperanza». Pedro Casaldáliga (teólogo y escritor catalán-brasileño) Oración: Se estima (2021) que 150 millones de niñas y 73 millones de niños menores de 18 años se han visto obligados a mantener relaciones sexuales forzadas o han sido víctimas de otras formas de violencia y explotación sexual con contacto físico. Pidamos al Señor para que sepamos cómo trabajar con la población menor de edad vulnerable a este flagelo para que ellos también, con nosotros, se conviertan en sujetos de transformación que reduzcan el riesgo de ser víctimas de algún tipo de explotación sexual.

Elizabet es una mujer privilegiada (será la madre de Juan el Bautista), pero no por eso deja de reconocer que, como ella, también otras personas han sido privilegiadas (María será la mamá del salvador)… e incluso muchas con mayores honores a los que ella ha recibido de parte del Señor. Ellas son primas, ambas embarazadas, las dos han recibido la visita de un ángel y, por igual, saben lo que significa que el Espíritu Santo las llene. El diálogo entre ellas bien hubiera podido desarrollarse entre tensiones y arrogancias si hubieran cedido a la tentación de ostentar que la gracia de una superaba la de la otra. La pedantería espiritual es muy común entre seguidores de Jesús y entre ministerios cristianos (comunidades de fe, organizaciones de servicio e instituciones). En muchos casos, cuando alguien recibe una gracia especial surge con facilidad la actitud de superioridad frente a los demás. Elizabet reconoció su grandeza sin desconocer ni competir con la de su prima María: «¿Cómo es posible que la madre de mi Señor venga a visitarme?». El noble comportamiento de la madre de Juan lo explica el texto cuando subraya que ella actuaba «llena del Espíritu Santo». Porque el Espíritu no alienta nuestras soberbias egoístas, sino que el fruto que produce es concordia, sencillez y amabilidad. Para seguir pensando: «No eres más porque te alaben, ni menos porque te critiquen; lo que eres delante de Dios, eso eres y nada más». Tomás de Kempis (1380–1471) Oración: Porque los líderes políticos de las naciones en conflicto renuncien a sus arrogancias que los mantienen en competencia a muerte y que, en el Espíritu de Dios, opten por la sencillez, para alcanzar la reconciliación por medio de la justicia.



