¿Por qué me cuesta relacionarme con los demás?

Hay personas que muestran una gran capacidad para relacionarse con otras y hacer amistades fácilmente. Por el contrario, a otras personas les resulta muy difícil entablar una conversación con desconocidos o interactuar con los demás. En realidad, las personas que poseen la capacidad de interrelacionarse adecuadamente con los demás no son más simpáticas o más agradables que las personas que no poseen esta habilidad. Entonces ¿en qué radica la diferencia entre estas personas? La respuesta es: en las habilidades sociales.

¿Qué son las habilidades sociales?
Las habilidades sociales se pueden definir como: ”El conjunto de conductas emitidas por un individuo en un contexto interpersonal que expresa los sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de ese individuo de un modo adecuado a la situación, respetando esas conductas en los demás, y que generalmente resuelve los problemas inmediatos de la situación mientras minimiza la probabilidad de futuros problemas.” (Caballo, 1986). Por tanto, una persona con habilidades sociales es aquella que es capaz de interactuar eficazmente con los demás, es decir, solucionar problemas y/o evitar conflictos, saber expresar su opinión e ideas correctamente, saber decir “no”, hacer críticas o expresar su desacuerdo con algo sin molestar ni resultar ofensivo.

¿Cómo sé que no tengo habilidades sociales?
Esta es una de cuestión por la que habitualmente se consulta al Psicólogo. Si a una persona le cuesta relacionarse con los demás o, cuando lo hace, provoca el rechazo del resto, es que carece de habilidades sociales. La dificultad para relacionarse se atribuye a la timidez, ya que se percibe un sentimiento de vergüenza en el momento de expresarse o de interactuar con el resto. La vergüenza es una sensación humana que se deriva de la propia percepción de deshonor que conduce a la humillación. Genéricamente se define como “la emoción que nos hace saber que somos finitos” (John Bradshaw). Pero objetivamente no hay ningún deshonor o humillación en entablar contacto con los demás.

¿Entonces por qué se siente vergüenza o timidez? Por diferentes razones: por miedo al rechazo, al fracaso, a la negación y, en definitiva, miedo a no tener éxito socialmente. Este tipo de sentimientos y pensamientos denotan una falta de habilidades sociales. Las personas con una mayor facilidad de relacionarse no tienen esta percepción ni estos pensamientos negativos hacia sus conductas. La falta de habilidades sociales no siempre se relaciona con la falta de interacción. Muchas personas no sienten dificultad para relacionarse, pero lo hacen erróneamente, de modo que los otros se sienten ofendidos o molestos por el modo que se les ha comunicado algo. Se trata de personas que, sin pretenderlo, molestan a los demás con sus comentarios o con la expresión de sus opiniones. Las personas con habilidades sociales son capaces de expresar opiniones e ideas de modo adecuado, evitando los conflictos. Las habilidades sociales se pueden aprender, se pueden entrenar, es una de las funciones del psicólogo. Muchas personas no sienten dificultad para relacionarse, pero lo hacen erróneamente

¿Para qué sirven las habilidades sociales?
Las habilidades sociales pueden ser muy útiles en la vida diaria. ya sea para lograr una adecuada interacción personal con los demás, para expresar y comunicar ideas de forma óptima o para facilitar la integración y el acercamiento hacia personas desconocidas. Asimismo, una persona habilidosa socialmente tendrá una mayor capacidad de comunicación y, por lo tanto, de resolución de conflictos.

Las habilidades sociales contribuyen a mejorar tres factores muy comunes en la vida diaria:
1. Factores materiales: Una persona con habilidades sociales tendrá una mayor facilidad para alcanzar sus objetivos. Por ejemplo, a una persona habilidosa socialmente le será más sencillo pedir un aumento de sueldo o reclamar en un comercio.
2. Factores sociales: Las personas socialmente habilidosas tienen un mayor éxito relacional. Esto significa que les es más fácil integrarse en un grupo, hacer amistades y entablar conversaciones con desconocidos. Asimismo, las personas con habilidades sociales suelen tener una mayor capacidad en la resolución de conflictos, por lo que el vínculo relacional con los demás es más fuerte que el del resto.
3. Factores personales: Las personas que tienen habilidades sociales poseen una mayor autoestima. Esto se produce por un factor relacionado con la retroalimentación, ya que cuando una persona percibe que tiene éxito socialmente y que es capaz de resolver problemas de modo adecuado se siente satisfecha consigo misma.
Por otro lado, un entorno libre de conflictos y socialmente óptimo promueve la autoestima de las personas que lo integran.

¿Se nace con habilidades sociales?
No es extraño escuchar que una persona es socialmente habilidosa porque desde siempre ha tenido esa habilidad, lo cual nos puede llevar a pensar que es un rasgo de su personalidad o de su carácter y que, por tanto, ha nacido con esta capacidad. Esta idea es errónea. Nadie nace con habilidades sociales. La capacidad de relacionarse adecuadamente con los demás se aprende. Muchas personas muestran mucha facilidad para la interrelación con los demás desde tempranas edades y esto ocurre porque han tenido experiencias precoces de interrelación exitosas, o cual ha permitido que adquieran habilidades sociales desde la niñez.
Nadie nace con habilidades sociales: Aunque es en la infancia donde se aprende en mayor medida las relaciones con los demás, el proceso relacional permanece continuo a lo largo de la vida. La mayor parte de las personas adquieren sus habilidades sociales en la interacción con los otros, es decir, en los contextos sociales más habituales, como son la escuela, el grupo de amigos, la familia, etc. Posteriormente, las experiencias sociales y laborales a lo largo de la vida las afianzan. Las habilidades sociales se desarrollan por la experiencia, aprendiendo a actuar de un modo u otro en diferentes situaciones.

¿Por qué las personas no son habilidosas socialmente?
Existen diferentes razones por las que una persona no es habilidosa socialmente. Puede ser que la interacción con los demás a lo largo de su vida haya sido pobre o por una percepción equivocada de las relaciones humanas. Pero, en general, esta falta de habilidad suele ocurrir por dos motivos principales:
1. Falta de aprendizaje. Se trata de personas que nunca han aprendido como relacionarse, ya sea porque no han tenido un modelo adecuado (por ejemplo, han convivido en una familia o círculo social conflictivo) o porque no han tenido un aprendizaje directo. Un ejemplo sería una persona educada en un ambiente de total rigidez con unas normas muy estrictas. Puede que esta persona nunca aprendiera a expresar su opinión de modo adecuado.
2. Falta de práctica. Se trata de personas que han aprendido estrategias en habilidades sociales pero que nos las utilizan en su vida diaria, generalmente por la presencia de otros factores que las inhiben o que interfieren en el comportamiento. Un ejemplo son los pensamientos negativos o el miedo al fracaso. Si una persona está convencida de que se le va a negar algo, nunca pondrá en práctica determinadas habilidades sociales. Por ejemplo, si alguien piensa continuamente “no me van a dar el ascenso”, nunca lo solicitará.
Asimismo, si una persona tiene el convencimiento de que no va a caerle bien a nadie, no hablará con nadie en una reunión social o directamente no acudirá. Un fenómeno parecido ocurre con el miedo a hablar en público, que coarta la ejecución de la conducta de expresarse debido a los pensamientos negativos que interfieren. Las habilidades sociales se pueden mejorar a lo largo de la vida. Existen numerosos recursos que se pueden adoptar para mejorar las habilidades sociales y así poder enriquecer la interacción con los demás. En el caso de que una persona sienta un gran malestar por no poder relacionarse o por no saber cómo hacerlo, casos como fobia social o hablar en público, es recomendable que acuda a un profesional que le dote de estrategias efectivas que le permitan superar estos obstáculos y la ansiedad derivada.

29 de octubre de 2025
Vivimos en la era del conocimiento y de las emociones. De las ciencias, las ideologías, los sentimientos. Vivimos en una sociedad altamente humanista. Se exalta al ser humano por sus capacidades, de pensar, de razonar y de sentir. De construir y de inventar, y la Iglesia debe tener mucho cuidado de no caer en esta tendencia humanista. Hay una verdad que late fuerte en la Palabra de Dios y se aclara en nosotros cuando conocemos a Cristo: el ser humano sin Dios está muerto. La salvación es un milagro, un acto sobrenatural, que escapa a todo razonamiento humano, que huye de emocionalismos y que sólo puede entenderse mediante el conocimiento personal de Cristo. No es algo irracional, de hecho está fundamentado en parámetros legales altamente racionales: nacemos condenados, la culpa pesa sobre nuestras espaldas porque en nosotros está el germen del pecado, que brota irremediablemente y nos aleja de Dios, nos conduce hasta la muerte, pero la muerte del cuerpo, porque el espíritu nace muerto ya. Sólo hay una forma de ser declarados libres, de evitar la pena de muerte. Pagar el precio. ¿El problema? Nadie tiene suficientes riquezas, ni una vida suficientemente perfecta, ni el poder para pasar de muerte a vida. Nadie excepto Jesús. Pero debe ser voluntario, no puede ser a la fuerza. Y de nuevo, Jesús. No sólo nos liberta de una muerte inminente, resucita nuestro espíritu. Y he aquí el milagro. Y en este punto es donde la sociedad difiere. La resurrección. Los milagros. La fe. Todo lo que el ser humano no puede explicar o demostrar. La mayoría de sucesos tienen explicaciones naturales. Pero, ¿no es acaso la naturaleza y su curso un milagro en sí? Cada proceso natural proviene de un suceso sobrenatural: la vida. Y la vida, el inicio de ella, solamente tiene un autor: Cristo.
28 de octubre de 2025
Antes de Él, no había nada. Él creó el universo. Pero, ¿no fue Dios? Él es Dios. Él es el único modo de conocer a Dios. Él es Dios hecho hombre. En el Génesis, Jesús ya era. El apóstol Juan lo dice: “En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba con Dios en el principio”. Algunos creen que Jesús es un siervo más de Dios. Como los ángeles, como los profetas. Pero Jesús no es un ser creado. Es el ser Creador. Él es la segunda persona de la trinidad. En Él está la divinidad. Cuando estuvo en la tierra, sujetó su divinidad, por amor, para cumplir su propósito: la salvación de la humanidad. Tal vez nunca podamos entenderlo del todo, al menos no mientras nuestra mente esté limitada, aquí en la tierra. Pero en el cielo, todo tendrá sentido. De momento sólo necesitamos entender esto: Cristo es Dios, en Él habita la plenitud de Dios. En Cristo tú y yo estamos completos, porque Él nos completa. No nos falta nada porque Él lo llena todo. Dios mismo se acerca a su propia creación. Porque Él no “tiene” amor. Él es amor. La esencia de Dios es el amor. Nuestra esencia es irremediablemente el amor, si Cristo es nuestra “cabeza”. Si de verdad le hemos cedido las riendas de nuestra vida a Cristo, entonces no podemos ser escasos en amor. Y es a través de ese amor, el amor de Cristo en nosotros y a través de nosotros, que vamos a conquistar el mundo entero. Porque el amor de Dios es poderoso, es feroz, es eterno, como las garras de un león, atraviesa el corazón humano, no para destruirlo, sino para restaurarlo.
27 de octubre de 2025
Nuestra misión como creyentes es clara: la expansión del Reino de Dios por todo el mundo. A través de toda la Biblia vemos una y otra vez, cómo Dios, a través de su pueblo, desea revelarse a la humanidad al completo, para que se arrepientan de sus pecados y sean salvos. No es una misión fácil, ni siquiera posible para un ser humano. Sin embargo, se hace posible gracias a Jesús, a su obra en la cruz y en nosotros. Por medio de Él y con la ayuda insustituible del Espíritu Santo, se hace posible. Sin embargo, la gente no va a ver a Jesús en persona, encarnado como le vieron hace más de dos mil años. Ahora las personas van a conocerle a través de ti, y de mí. La Iglesia es ahora el cuerpo de Cristo, y si quieren conocerle, lo harán conociéndonos a nosotros. ¿Qué van a ver? En la carta de Pablo a los Colosenses, encontramos la clave para que la Iglesia no pierda su esencia, ya que como seres humanos, somos fácilmente engañados. Debemos fortalecer nuestro espíritu y nuestra mente a través del reinado de Cristo en cada uno de nosotros. Sólo así, con Jesús a la cabeza, la Iglesia puede cumplir su misión y el Reino de Dios alcanzar a todo ser humano. En estos cinco días, vamos a encontrar en Jesús mucho más que una persona perfecta, un maestro, un salvador, hallaremos la esencia del universo, a Dios mismo.
24 de octubre de 2025
Daddy Yankee sorprendió al mundo al regresar a los Billboard durante la Latin Music Week 2025, marcando un nuevo capítulo en su carrera con el lanzamiento de su álbum “Lamento en Baile”, inspirado en el versículo bíblico Salmo 30:11 (“Has cambiado mi lamento en baile”). Su sencillo “Sonríele” ya alcanzó el número 1 en la lista Latin Airplay de Billboard, consolidando su regreso con un mensaje totalmente renovado y centrado en su fe cristiana. El artista puertorriqueño, cuyo nombre real es Ramón Luis Ayala Rodríguez, compartió que su conversión transformó su vida y su arte, afirmando que “la fortaleza más grande que tenemos en medio de una crisis es adorar y alabar al Señor porque trae alegría”. Lejos del reguetón tradicional, Daddy Yankee aseguró que este no es solo un regreso musical, sino espiritual: “No se trata de un regreso simplemente… se trata de conexión”. Con este nuevo propósito, el “Big Boss” busca inspirar a otros a encontrar esperanza, fe y propósito en Dios, demostrando que la música urbana también puede ser un canal poderoso para compartir el mensaje de Cristo.
24 de octubre de 2025
Y ustedes no han recibido un espíritu que los esclavice al miedo. En cambio, recibieron el Espíritu de Dios cuando él los adoptó como sus propios hijos. Ahora lo llamamos «Abba, Padre» —Romanos 8:15 NTV Dios me está enseñando lo que significa ser su hija. Aunque crecí en un hogar centrado en Él, no entendía lo que significaba ser su hija. Mis padres y abuelos me enseñaron sobre Dios y su fe, pero me tocaba a mí decir «sí» a convertirme en una creyente de Jesús. Siempre creí que no era suficiente, que tenía que hacer algo para ganarme su amor. Durante la pandemia de Covid-19, en un momento difícil, tuve un encuentro con Dios que transformó mi vida. Vi cómo Él me llamaba a volver a mi primer amor, volver a Él. Vi el fruto de las oraciones de mi familia y comprendí que el Dios de mis padres era también mi Dios. Puedo llamarle «Abba Padre», no por mis obras, sino porque Jesús murió en la cruz por mis pecados. Cuando Cristo se sacrificó a sí mismo por nosotros, nos liberó del pecado y de la separación de Dios. En Romanos 8, aprendemos que aquellos que se apartan del pecado y aceptan a Jesús como su Salvador son “guiados por el Espíritu de Dios” y somos “hijos de Dios” (v. 14 NTV). Somos adoptados por Dios y podemos llamarle “Abba, Padre” (v. 15 NTV). Dios anhela tener una relación estrecha con nosotros, y no necesitamos hacer nada para ganarnos esa relación, pero necesitamos responder. ¿Hoy confías en Jesús y en que has sido adoptado dentro de Su familia por siempre? Waleska Morales ¿En qué punto te encuentras en tu relación con Dios? Si tu confías en Jesús, ¿qué significa para ti llamar a Dios «Abba Padre»? Jesús, gracias por tu sacrificio en la cruz y por adoptarme. Por favor ayúdame a crecer en mi relación contigo y a reflejar tu amor aquí en la tierra. Amén.
23 de octubre de 2025
Hablarás de [estos mandamientos] estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. —Deuteronomio 6:7 RVR, énfasis añadido por el autor Cuando los israelitas estaban en las llanuras de Moab preparándose para entrar en la tierra prometida, Moisés les recordó que debían enseñar a sus hijos un mandamiento importante: «Amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas» (v. 5 RVR). Dado que los israelitas vivían en una cultura arraigada en tribus y familias unidas, toda la tribu debía enseñar a los niños, no solo los padres. Podemos aprender del mandato de Dios. Es importante que enseñemos a nuestros hijos acerca de Dios, como la escritura nos manda en Deuteronomio 6. Esto también puede ser útil de tener aliados espirituales en la vida de nuestros hijos. Dios nos ha diseñado para que nos relacionemos unos con otros. Incluso las Escrituras exhortan a los creyentes a animarse unos a otros (Hebreos 10:24). Podemos llegar a nuestra familia de creyentes y pedirles que se unan a nosotros en nuestro viaje de criar a los niños y enseñarles a amar y honrar a Dios. Aprovechar la influencia de otros puede ofrecer a nuestros hijos un apoyo adicional y darles otra persona a la que pedir consejo si así lo desean. Quizás Dios ya ha puesto a alguien en tu vida que puede ser un aliado espiritual. Tal vez sea la familia de tu iglesia o un amigo. Tu relación con tus hijos y tus esfuerzos por guiarlos son importantes. ¿Y lo más importante? Enseñarles acerca de nuestro asombroso Dios y todo lo que ha hecho a través de las generaciones. Lucas Leys ¿Quiénes pueden ser aliados espirituales en la vida de tus hijos? ¿Qué puedes hacer hoy para enseñar a tus hijos a amar a Dios? Dios de generaciones, guíame hacia aliados espirituales y ayúdame a encontrar cada día oportunidades para enseñar a mis hijos acerca de ti. Amén.
22 de octubre de 2025
Y debido a que somos sus hijos, Dios envió al Espíritu de su Hijo a nuestro corazón, el cual nos impulsa a exclamar «Abba, Padre». —Gálatas 4:6 NTV Como hija mayor y primogénita de tres hermanas, me convertí de forma natural en una persona ambiciosa, siempre esforzándome por dar más y buscar los mejores resultados. Esta puede ser una gran cualidad cuando se utiliza bien, pero resulta agotadora cuando define la propia identidad. Tras años de conversaciones con Dios a través de la oración, me di cuenta de algo: a menudo nos esforzamos tanto porque buscamos amor y aceptación. Intentamos demostrar nuestra valía y ganarnos un amor que ya nos ha sido dado. Gálatas 4:4–7 nos recuerda una hermosa verdad: no tenemos que ganarnos el amor de Dios. En el versículo 6, el apóstol Pablo dice a los creyentes en Jesús, “Y debido a que somos sus hijos, Dios envió al Espíritu de su Hijo a nuestro corazón, el cual nos impulsa a exclamar «Abba, Padre»” (NTV). Fuimos adoptados en la familia de Dios, no por nuestros esfuerzos, sino porque Él nos eligió. La adopción es intencional. Dios te vio, te conoció, y aun así dijo: «Eres mío». Tal vez has estado llevando una carga innecesaria, sintiendo que no eres suficiente o que debes hacer algo para merecer su amor. Pero los niños no trabajan para ganarse un lugar en la familia, simplemente pertenecen a ella. Y tú perteneces. Eres amado, aceptado y sostenido en Su gracia. El Dios de las generaciones te está eligiendo. El mismo Dios que llamó a Abraham, Moisés y David te ha llamado a formar parte de su familia. Yasmin Yunes ¿Qué cargas llevas ahora mismo? ¿Cómo puedes descansar en la verdad de que ya le perteneces a Dios? Abba Padre, gracias por adoptarme en tu familia. Por favor ayúdame a recordar que no tengo que esforzarme para ganarme tu amor. Amén.
21 de octubre de 2025
Entonces, el ángel les habló a las mujeres: «¡No teman!—dijo—. Sé que buscan a Jesús, el que fue crucificado. ¡No está aquí! Ha resucitado tal como dijo que sucedería. Vengan, vean el lugar donde estaba su cuerpo. — Mateo 28:5–6 NTV Imagina que un ser querido ha llegado al final de su vida terrenal y le has dado sepultura. Días después, visitas su tumba y la encuentras vacía. Un ángel te dice que ha resucitado. Imagina la maravilla, el miedo y la duda que podrías experimentar. Estas fueron algunas de las emociones de los primeros testigos de la resurrección de Jesús. Este momento victorioso no es solo un acontecimiento pasado, sino el comienzo de una nueva era llena de esperanza. En Mateo 28:6 (NTV), el ángel dice: «¡[Jesús] no está aquí! Ha resucitado tal como dijo.». Estas palabras fueron algo más que un simple anuncio: marcaron un punto de inflexión en la historia de la humanidad. La resurrección abrió la puerta a la comunión con el Padre y afirmó que la muerte no tiene la última palabra. Igual que resucitó y ascendió al cielo, volverá por nosotros (Hechos 1:9–11). Podemos transmitir a la siguiente generación esta verdad asombrosa: la resurrección de Jesús nos transforma y nos prepara para la unión eterna con él. La resurrección significa el poder incomparablemente grande de Dios que también está disponible para los creyentes hoy (Efesios 1:19). Estamos anclados en la verdadera resurrección de Cristo. Su victoria significa que ya no vivimos con miedo, sino con esperanza, confiando en Su fidelidad. Christine D’Clario ¿Qué significa que Jesús proclamara la victoria sobre la muerte? ¿Qué puedes hacer esta semana para confiar más en Dios con tus miedos? Señor Jesús, gracias porque en tu resurrección encuentro vida y esperanza. Por favor ayúdame a confiar en tu victoria y a compartir esta verdad con el mundo. Amén.
20 de octubre de 2025
Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu. —Juan 19:30 RVR Consumado es. Estas fueron las últimas palabras de Jesús en la cruz. En ese momento, la historia se partió en dos. Fue el día más oscuro de la creación: el cielo se enlutó cuando el Hijo de Dios, a través del cual se hicieron todas las cosas, exhaló su último aliento. Jesús vino como un verdadero héroe. Dejó su trono, su gloria y su posición divina para habitar entre nosotros. Trajo esperanza, paz y reconciliación (2 Corintios 5:19); Él abrazó nuestra fragilidad y nuestra fe débil. Él no vino solo a cautivar a un mundo alejado de Dios, sino a reconciliarlo con su creador. Murió por nuestros pecados para que no tengamos que soportar ese castigo y permanecer separados de Dios. Gracias a su sacrificio, podemos tener vida eterna y estar con Dios para siempre. Juan 3:15 promete que todo aquel que crea en Él tendrá vida eterna. La cruz fue cruel y despiadada, llena de sufrimiento y agonía, sin embargo, condujo a la resurrección. Dios no escatimó nada para cambiar nuestra historia, escrita con la tinta de la sangre derramada en la cruz del Calvario. Por el sacrificio de su Hijo en esta cruz, todas las generaciones están unidas. Al compartir esta historia a lo largo de las generaciones, invitamos a otros a unirse a la familia de Cristo y compartimos el mayor regalo posible. Y la oscuridad se convierte en luz. Alex Campos ¿Cómo puedes vivir cada día en respuesta al sacrificio de Jesús? ¿Con quién puedes compartir esta semana la esperanza que tenemos en Jesús? Jesús, gracias por entregar tu vida por mí. Por favor, ayúdame a vivir cada día en gratitud por tu sacrificio y que mi vida refleje tu amor y tu gracia. Amén.
17 de octubre de 2025
Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. —1 Juan 4:7 RVR De niña, una de mis cosas favoritas era escuchar las historias de fe que mi padre compartía con nosotros. Siempre me asombraba ver cómo el poder y la fidelidad de Dios se habían manifestado en su vida. Era muy alentador para mí ver cómo su amor por Jesús se hacía evidente en la forma en que amaba y servía a los demás. Ahora, mientras desarrollo mi propia relación con Jesús, he tenido el privilegio de servirle y ser testigo del impacto de compartir su amor con otros. En 1 Juan 4:7, el apóstol Juan dice: “Queridos amigos, amémonos unos a otros”. Esto nos recuerda que fuimos llamados a amar porque conocemos a Dios. Cuando amamos, seguimos el gran mandamiento, “‘Ama al Señor tu Dios con todo tucorazón, con toda tu alma y con toda tu mente (...) Este es el primero y el más importante de los mandamientos” (Mateo 22:37–38) Se nos instruye entonces: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (v. 39). Servimos y amamos a Dios sirviendo y amando a su pueblo. ¿Cómo servimos a los demás? Una manera de hacerlo es mostrar la misma compasión y gracia que Dios nos muestra cada día. Esta gracia y compasión es un don maravilloso para compartir con los demás y les muestra la luz de Cristo (Juan 8:12). Daniela Calveti ¿Con quién puedes compartir el amor de Dios esta semana? ¿En qué áreas puedes servirle a Dios en tu iglesia, tu comunidad o en tu trabajo? Querido Dios, gracias por el amor que Tú me has dado. Que mi vida refleje tu gracia. Por favor ayúdame a ver a los demás como tú, con una lente de amor y compasión. Lléname con tu Espíritu Santo para servir con un corazón dispuesto. Usa mis palabras y acciones para glorificarte y acercar a otros a ti. Amén.
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