El Corazón del Padre

“Nacimos para pertenecer a alguien que diga de nosotros: ‘mío’. Estamos hechos para ser anidados en el vientre, para nacer deseados y morir acariciados, para ser abrazados hasta encajar” (Aixa de López). Nacimos para oír: ‘No temas, que yo te he redimido; te he llamado por tu nombre, tú eres mío’ (Isaías 43:1b) .
La parábola de los dos hijos nos muestra dos maneras de vivir: uno que se aleja en busca de placeres pasajeros y otro que permanece en la Casa del Padre pero con resentimiento y lejanía. Ambos experimentan las consecuencias de sus decisiones, y ambos revelan el corazón del Padre hacia sus hijos.
“Un hombre tenía dos hijos. El hijo menor le dijo al padre: “Quiero la parte de mi herencia ahora, antes de que mueras”. Entonces el padre accedió a dividir sus bienes entre sus dos hijos” (vv. 11-12). Dios Padre no te manipula; Él deja que tomes tus propias decisiones, aunque no esté de acuerdo con ellas. Tu libertad para decidir también es una marca de tu responsabilidad frente a las consecuencias que traen esas acciones.
“Pocos días después, el hijo menor empacó sus pertenencias y se mudó a una tierra distante, donde derrochó todo su dinero en una vida desenfrenada” (v. 13). Tu capacidad para decidir muchas veces está viciada por los males del corazón. El hijo no cambió por estar fuera de la casa; estar fuera de la Casa del Padre mostró lo que realmente había en su corazón.
“Cuando finalmente entró en razón, se dijo a sí mismo: … “Volveré a la casa de mi padre y le diré: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti” (vv. 17-18). La única manera de regresar a la Casa del Padre es reconocer nuestra necesidad y arrepentirnos. El hijo menor, después de haber derrochado su herencia, se da cuenta de su error y decide volver a su Padre. Su confesión es sincera. Esta humildad y arrepentimiento son esenciales para experimentar la gracia y el amor del Padre.
“Ya no soy digno de que me llamen tu hijo. Te ruego que me contrates como jornalero” (v19). Debes lidiar con la tendencia de querer reparar por ti mismo el daño causado por el pecado. Tu corazón se inclina a creer que no eres digno de perdón, ni de amor, ni de aceptación. Por algún tiempo lucharás con el sentimiento de orfandad y no te podrás ver como un hijo amado por su Padre.
“Entonces regresó a la casa de su padre, y cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio llegar. Lleno de amor y de compasión, corrió hacia su hijo, lo abrazó y lo besó” (v 22). El Padre te anhela obstinadamente y espera con paciencia que regreses a Él. Es su amor, compasión y perdón los que silencian los pensamientos de indignidad y abandono que te han acompañado. Su alegría al verte llegar es tan grande que “tiene que hacer fiesta” porque su hijo había muerto y ahora ha vuelto a la vida. (v.24)
“Pero él respondió: “Todos estos años, he trabajado para ti como un burro y nunca me negué a hacer nada de lo que me pediste… »Su padre le dijo: “Mira, querido hijo, tú siempre has estado a mi lado y todo lo que tengo es tuyo” (vv 29-31). Aunque nunca te hayas alejado de Su Casa, como el hermano mayor, puede que tengas un sentimiento de orfandad al no poder reconocerlo como tu Padre ni a ti mismo como su hijo. Si ves a Dios como el amo a quién hay que darle cuentas y no disfrutas estar con Él, si te cuesta recibir su amor y su gracia, entonces también necesitas regresar a Él.
Así como el hijo pródigo fue restaurado a la comunión con su padre, también nosotros podemos experimentar la restauración y la reconciliación con Dios. Él nos llama por nuestro nombre y nos dice: “Tú eres mío”. No importa cuántas veces hayamos fallado, su amor, gracia y perdón siempre están disponibles para un corazón arrepentido.
Hoy, considera dar un paso hacia el Corazón del Padre. Aquí hay algunas acciones que puedes tomar:
Reflexiona sobre tu relación con Dios: Tómate un momento para pensar en cómo te relacionas con Dios. ¿Te sientes cerca de Él o distante? ¿Hay áreas en tu vida donde necesitas arrepentirte y volver a Él?
Confiesa tus pecados: No temas acercarte a Dios con humildad y sinceridad. Él está esperando para perdonarte y restaurarte.
Busca la comunión con Dios: Dedica tiempo a la oración y la lectura de la Biblia. Escucha lo que Dios quiere decirte. Permítele hablar a tu corazón y recordarte que eres amado y aceptado.
Acepta la gracia de Dios: No importa cuán lejos hayas estado o cuántos pecados hayas cometido, la gracia de Dios es suficiente para cubrirte. Cree en Su amor incondicional y permite que te restaure.
Comparte esta verdad con otros: Si has experimentado el amor del Padre, compártelo con quienes te rodean. Anima a otros a acercarse a Dios y experimentar Su amor transformador.

Las cosas no son lo que parecen, ni se corresponden con la idea que tenemos en nuestra mente. Gedeón probablemente se sentía intimidado ante la grandeza de los ejércitos enemigos. Sin embargo, no era capaz de imaginarse el miedo que ellos sentían hacia él y hacia el ejército de Israel. ¡Dios estaba obrando ya! Estaba preparando todo para la victoria. La Biblia dice que "Aconteció que aquella noche Jehová le dijo: Levántate, y desciende al campamento; porque yo lo he entregado en tus manos. Y si tienes temor de descender, baja tú con Fura tu criado al campamento, y oirás lo que hablan; y entonces tus manos se esforzarán, y descenderás al campamento" (Jueces 7:9–11). Fíjate en lo que hace Dios: Está confirmándose que va a tener la victoria de manera sobrenatural, por la acción de Dios. Le permite tener una última confirmación directa y externa a él, para terminar con cualquier tipo de duda que pudiese tener aún. De hecho, ¡fue tan increíble el hecho de que Dios supiese exactamente con quién iba a encontrarse cuando bajase al campamento enemigo, y que justo en ese momento esa persona iba a hablar sobre el sueño que había tenido en relación a la victoria de Gedeón, y a dar su interpretación! (Jueces 7:13–14). Dios había hecho todo lo posible para convencer a Gedeón sobre la victoria que le esperaba si decidía dar un paso de fe, pero ahora le tocaba a Gedeón hacer su parte. Una estrategia nació en su corazón, y con valor inspiró y llevó a los 300 soldados a ir al campo de batalla con antorchas, cántaros y trompetas, y a mantenerse en su posición, mientras los ejércitos enemigos, aterrorizados, se mataban entre ellos. ¡En ese día, Dios dio una de las mayores victorias al pueblo de Israel de una manera totalmente divina! Y la clave para ello, fue la obediencia sencilla y radical de Gedeón. Querido/a amigo/a, ¡en tu obediencia está la victoria! Y lo mejor es que no estás solo: Dios sabe qué hacer y cómo: solo depende de nosotros el alinearnos con Su voluntad o no. Y en ese proceso, Él está a nuestro lado para alentarnos y confirmarnos, como hizo con Gedeón. ¡Merece tanto la pena hacer la voluntad de Dios, aun cuando todo parezca estar en contra...! Dios tiene la sabiduría perfecta para darnos victoria en cada situación. ¡Eres un Milagro! Christian Misch

Una de las cosas que más me impresiona y me gusta de Dios es Su capacidad para hacer las cosas de una manera totalmente nueva e inesperada, fuera de nuestros parámetros. En nuestra mente humana, la victoria de una batalla es directamente proporcional al número de soldados y de equipamiento. Es decir, un ejército con más soldados, caballos, arqueros y torres tenía más probabilidades de ganar, sobre todo si tenía muchos más que el enemigo. Sin embargo, cuando los israelitas se habían unido para luchar junto a Gedeón contra los pueblos enemigos, Dios le dijo a Gedeón: "El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado..." (Jueces 7:2). La estrategia de Dios fue reducir el ejército de Israel: Primero, despidiendo a los que tenían miedo Y segundo, escogiendo sólo a los que estaban siempre listos para la batalla, incluso en el momento de beber agua. ¿Te imaginas a Gedeón teniendo que explicar esto al pueblo, y reduciendo el número de soldados de su ejército de 30.000 a 300? ¿Frente a un ejército enemigo de probablemente unos 135.000 hombres? ¡Era una locura! Seguro que muchos de sus hombres empezaron a quejarse, y quizá a dudar de las habilidades y del liderazgo de Gedeón. Pero ahí es donde Dios hace milagros increíbles: cuando decidimos obedecer Su voluntad, aun cuando parezca una locura. Piensa en esto: las estrategias humanas dan resultados humanos, pero las estrategias divinas dan resultados divinos. ¡Y yo no sé tú, pero yo prefiero los resultados divinos! =) Querido/a amigo/a, ¡no hay nada mejor que obedecer a Dios! Es cierto que es complicado en ocasiones, pero cuando decidimos obedecer Su voluntad sobre cualquier otra cosa, ¡los resultados son tan increíbles! En este día te invito a que inviertas unos minutos a orar y a pedirle a Dios que te muestre cuál es Su voluntad para cada una de las áreas de tu vida. Y cuando recibas algo, escríbelo en tu diario de oración, y pídele a Dios que te dé la sabiduría para empezar a dar pasos en esa dirección. ¡La victoria de Dios te está esperando! ¡Eres un Milagro! Christian Misch

Un terremoto de magnitud 8.8 se registró este martes en la región de Kamchatka, al oriente de Rusia, generando una serie de alertas de tsunami en diversos países del Pacífico. El epicentro del movimiento telúrico se ubicó en el mar de Bering, a una profundidad aproximada de 600 kilómetros, según datos preliminares del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). El fenómeno sísmico ocurrió a las 11:24 a. m. hora local y fue percibido de forma intensa en ciudades como Petropávlovsk-Kamchatsky, Severo-Kurilsk y otras zonas cercanas, donde se reportaron evacuaciones, cortes de energía eléctrica y daños menores en infraestructura. Según autoridades locales, el sismo tuvo una duración cercana a los dos minutos. Tras el evento, el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico emitió advertencias para varias regiones costeras, incluyendo Japón, Hawái, Filipinas, Nueva Zelanda, Alaska, la costa oeste de Estados Unidos, México y Chile. En algunos sectores de la península de Kamchatka se registraron olas de hasta cinco metros de altura, mientras que en otros países, el impacto fue menor. Hasta el momento, no se reportan víctimas mortales. Las autoridades rusas han confirmado algunos heridos leves y daños materiales limitados. Equipos de emergencia permanecen en alerta, realizando inspecciones de seguridad y monitoreando la posibilidad de réplicas. El sismo ha sido catalogado como uno de los más potentes registrados en los últimos 50 años, comparable en magnitud con los eventos ocurridos en Chile (2010) y Japón (2011). Las autoridades internacionales recomiendan a la población mantenerse informada a través de canales oficiales y evitar zonas costeras mientras se descarta por completo el riesgo de tsunamis o nuevos movimientos secundarios.

¿Alguna vez le has pedido a Dios que te confirme si algo es Su voluntad por medio de una señal? Una de las cosas más características de la historia de Gedeón es precisamente el número de veces que necesitó la confirmación de Dios por medio de señales antes de dar finalmente el paso para liberar al pueblo de Israel de los madianitas y amalecitas. Primero, le pidió al ángel que esperase hasta que le preparase una ofrenda. Luego, puso un vellón de lana en la era y le pidió a Dios que, en la mañana, la era estuviera seca y el vellón mojado. Después, le pidió de nuevo esa misma señal pero a la inversa: que todo el campo estuviese mojado con el rocío de la mañana, pero el vellón completamente seco. Y, por si esas señales no fuesen suficientes, Dios confirmó varias veces a Gedeón Su plan, de esa forma lo animaba a ver cómo se encontraba el ánimo del ejército enemigo, y que en efecto iba a liberar al pueblo de Israel por medio de él. Podríamos pensar que el hecho de pedirle señales a Dios es algo que deberíamos hacer a menudo, para estar bien seguros de que caminamos en Su voluntad. Sin embargo, hemos sido llamados a caminar por fe, y no por vista (2 Corintios 5:7). De hecho, son varias las veces en la Biblia en las que vemos que el hecho de pedir señales es molesto a Dios, como cuando el ángel Gabriel le dijo al padre de Juan el Bautista que quedaría mudo por no haber creído su palabra (Lucas 1:20). Es increíble cómo Dios obra en la vida de cada uno de nosotros según nuestra necesidad, y de acuerdo a Su plan para nosotros. En el caso de Gedeón, Dios conocía los complejos e inseguridades que tenía, y es por eso que desde el principio le reafirmó en su identidad. De hecho, Él conocía cómo Gedeón no quería de ninguna manera dar un paso en falso que supusiera la destrucción del ejército de Israel, y por eso le confirmó de todas las maneras posibles, hasta que obtuvo la victoria. Querido/a amigo/a, ¡da hoy pasos valientes de fe! Y si notas que no lo tienes realmente claro, o que no tienes paz, pídele al Señor que te hable al corazón y que te confirme más cuál es Su voluntad para tu vida. ¡Él es tu Buen Pastor, y quiere guiarte en cada paso del camino! ¡Eres un Milagro! Christian Misch

Gedeón había decidido obedecer a Dios, aun a riesgo de perder su vida, y Dios dio sabiduría a su padre para que intercediera por él, y que así saliese ileso de esa situación. Sin embargo, el hecho de derribar esos altares produjo una reacción en las tinieblas, y los madianitas, amalecitas y pueblos de oriente se juntaron a una y acamparon en el valle de Jezreel, con la idea de destruir la ciudad. Las cosas se habían complicado. Esa acción de Gedeón, que hizo en obediencia a Dios, dio lugar a una reacción en cadena de acontecimientos que podían tener consecuencias devastadoras, y no parecía haber una solución clara. Es en ese momento que la Biblia dice que "entonces el Espíritu de Jehová vino sobre Gedeón, y cuando éste tocó el cuerno, los abiezeritas se reunieron con él. Y envió mensajeros por todo Manasés, y ellos también se juntaron con él; asimismo envió mensajeros a Aser, a Zabulón y a Neftalí, los cuales salieron a encontrarles..." (Jueces 6:34–35). Fíjate en la sucesión de elementos descrita en este pasaje: El Espíritu de Dios vino sobre Gedeón. Le inspiró a tocar el cuerno. Cuando lo hizo, los abiezeritas se unieron a él para la batalla Finalmente, recibió la sabiduría de mandar mensajeros para reunir a un ejército. El Espíritu de Dios es el que obró de manera milagrosa, y le mostró lo que tenía que hacer para obtener la victoria. Querido/a amigo/a, cuando derribas "altares" en tu vida, el enemigo puede que trate de intimidarte, pero ¡no tengas miedo! El Espíritu de Dios tiene siempre la solución, y si te dejas guiar por Él, te mostrará qué hacer y cómo hacerlo para salir ileso, y obtener al final la victoria. En este día, busca a Dios para que te muestre qué "altares" tienes aún que derribar en tu vida, y si ves oposición a ello, ¡alégrate! Dios, con la guía de Su Espíritu Santo, está a punto de darte una gran victoria ;D ¡Eres un Milagro! Christian Misch

¿Alguna vez has hecho algo que sentías que Dios te llamaba a hacer, y te has sentido inadecuado mientras lo hacías, fuera de tu zona de confort...? Dios dio una orden a Gedeón, diciéndole que tenía que derribar el altar de Baal y la imagen de Asera que había en la casa de su padre, y hacer un sacrificio a Dios con la madera de ese ídolo. La Biblia dice que "entonces Gedeón tomó diez hombres de sus siervos, e hizo como Jehová le dijo. Mas temiendo hacerlo de día, por la familia de su padre y por los hombres de la ciudad, lo hizo de noche" (Jueces 6:27) Seguramente Gedeón hubiese podido hacer esto él solo. Sin embargo, no estaba muy seguro de cómo hacerlo, y por eso pidió a 10 siervos de su padre para que le acompañaran en esa misión. Y además, como tenía miedo de ser visto, decidió al final hacerlo por la noche. Si tuviésemos que evaluar esta misión, seguramente podríamos decir que no fue la más "glamurosa" de Gedeón. Era la primera, y como consecuencia de ello Gedeón no se sentía muy preparado. Tenía miedo, y no tenía demasiada claridad de los pasos a dar, ni demasiada seguridad como para llevarla a cabo en el momento, ni suficiente confianza como para hacerla él solo. De hecho, muy seguramente que Gedeón, como cualquier principiante, cometió errores durante la misión, de los cuales luego se arrepentiría al repasar mentalmente lo que acababa de hacer. ¡Todo esto es lo contrario de lo que haría un héroe típico de las películas de Hollywood! Sin embargo, esta misión fue un éxito rotundo por un motivo: porque Gedeón venció sus miedos, y la llevó a cabo de la mejor manera que pudo. Todos, cuando Dios nos llama a hacer cosas que no hemos hecho antes, nos sentimos nerviosos, inadecuados, fuera de nuestra zona de confort... pero cuando aun así vamos y obedecemos a Dios, eso es lo que marca la diferencia. Querido/a amigo/a, Dios no busca perfección, sino que busca obediencia. ¡La perfección, de hecho, viene poco a poco como consecuencia de la práctica y de la obediencia! Si notas que Dios te está llamando a hacer algo, no tengas miedo de fallar. ¡Solo hazlo, y deja que Dios te enseñe y te perfeccione en el camino! Solo fallarás si al final decides no hacerlo. Tu obediencia es la clave para que Dios haga cosas preciosas, tanto en tu vida, como en la vida de los demás. ¡Eres un Milagro! Christian Misch

Como te comenté ayer, Gedeón fue escogido por Dios para liberar a Su pueblo. De hecho, el Ángel del Señor se presentó delante de Gedeón, y lo primero que le dijo fue: "Jehová está contigo, varón esforzado y valiente" (Jueces 6:12). Esto ocurrió mientras Gedeón estaba preparando el trigo a escondidas de los madianitas. En ese momento, Gedeón no se podía imaginar que él, uno de los más insignificantes individuos de Israel, pudiese ser la persona que Dios dirigiese para liberar a Su pueblo. Sin embargo, Dios veía algo diferente en Gedeón. Algo que nadie había visto en su entorno, y de lo que ni siquiera Gedeón mismo era consciente. De hecho, la siguiente cosa que el Ángel le dijo fue: "Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?" (Jueces 6:14). ¡Dios veía que el corazón y la pasión de Gedeón eran tan fuertes que, sin duda, era la persona perfecta para liberar al pueblo de Israel! Dios le estaba enviando, y, de hecho, Gedeón no solo liberó al pueblo de Israel, sino que fue unos de los jueces por más de 40 años, en los cuales la tierra tuvo paz. Querido/a amigo/a, Dios te conoce a la perfección, ¡mucho mejor que tú mismo! Él ve todo lo que ha puesto en ti, y lo que eres capaz de hacer en Él. No te fijes en ti, ni en tus limitaciones. ¡Dios es más grande que todo eso! A veces pensamos que es una señal de humildad el decir lo pobres y débiles que somos por nosotros mismos, pero en realidad es una señal de orgullo. Dios nunca nos ha llamado a centrarnos en nuestra pequeñez, sino al contrario, ¡nos llama a ver su grandeza, y a movernos por fe en Él! Lo único que Dios está buscando son personas con un corazón dispuesto a hacer lo que sea que Él les diga. ¿Serás tú una de ellas? ¡Yo quiero serlo! ¡Eres un Milagro! Christian Misch

La historia de Gedeón siempre me ha parecido muy inspiradora. Gedeón fue uno de los jueces de Israel después de que el pueblo entrara en la tierra prometida, y antes de que hubiese reyes en Israel. Su llamamiento, de hecho, fue muy particular. El pueblo de Israel, que se había apartado de los caminos que Dios les había mandado, estaba en gran dolor y sufrimiento, debido a sus vecinos, los madianitas y los amalecitas. En medio de su dolor dice la Biblia que "los hijos de Israel clamaron a Jehová" (Jueces 6:7). Y Dios no pudo contener sus deseos de ayudarles. Es por eso que les mandó un profeta y, luego buscó a alguien que tuviese un corazón alineado a Su voluntad, para poder liberar a Su pueblo. La persona a quién Dios llamó fue Gedeón, el más pequeño de la casa de su padre. ¡Estaba tan sorprendido de que Dios le llamase a llevar a cabo una misión de tales características! De hecho, no pensaba que era el indicado para ello, pero ¡Sí, sí lo estaba! Querido/a amigo/a, Dios siempre usa a personas para traer liberación y bendición, ¡y Él quiere usarte a ti también! A lo largo de esta semana, vamos a analizar la vida de Gedeón, y vamos a ver una serie de claves que aparecen en las Escrituras en relación con su historia que estoy convencido de que serán especialmente inspiradoras para ti. ¿Estás listo? ¡Eres un Milagro! Christian Misch

El mundo de la lucha libre llora la partida de Terry “Hulk Hogan” Bollea, quien falleció a los 71 años en su hogar en Clearwater, Florida, a causa de un paro cardíaco. Hogan no solo fue un ícono de la WWE, con 12 campeonatos mundiales y momentos legendarios en WrestleMania, sino también una figura clave en la cultura pop, gracias a sus apariciones en películas como Rocky III, Gremlins 2 y su reality Hogan Knows Best. En los últimos años, compartió públicamente su fe. Contó que aceptó a Cristo como su Salvador a los 14 años y en diciembre de 2023 fue bautizado en una iglesia bautista en Florida. Su vida espiritual se convirtió en una fuente de fortaleza y transformación.

Hoy terminamos este pequeño devocional con la pregunta más importante que Jesús nos hace: Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? Jesús estaba llegando al final de su ministerio y su muerte en la cruz estaba cerca. Había sido rechazado por los religiosos y aunque la gente común le escuchaban con interés y apertura, no entendían realmente quién era. Para ellos era un hacedor de milagros, un gran maestro y les llamaba mucho la atención sus enseñanzas, pero no más. En medio de una oposición que aumentaba por días y rodeado de personas a las que caía bien, pero no lo entendían, Jesús salió de Israel y llevó a sus discípulos a Cesarea, un área de gentiles. Lo que ocurrió allí cambiaría el curso de la historia. Cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?14 Y ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista;y otros, Elías;pero otros, Jeremías o uno de los profetas.15 Él les dijo*: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.Mateo 16:13-16 Jesús sabía que pronto lo colgarían de una cruz, y necesitaba urgentemente consolidar a sus seguidores con la seguridad de su divinidad. Primero les hizo una pregunta genérica sobre la opinión de las masas: ¿Quién dice que soy? Le respondió: "Algunos piensan que eres uno de los profetas" y mencionaron algunos. Pero después cambia la pregunta a lo personal: "¿Y vosotros? ¿Quién soy para vosotros?". La respuesta de Pedro fue clara e inmediata: "Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente". Está diciendo: "Sé quien eres, eres el Mesías, que viene para salvarnos y eres el Hijo del Dios Eterno". Es la primera vez que se pronunciaron esas palabras. Su confesión fue una confesión de fe y en esas palabras está todo lo que se necesita para la salvación. Jesús nos pregunta lo mismo hoy: "¿Quién dice que soy?". Tu respuesta puede ser que es un buen maestro, un gran ejemplo o gran hombre de la historia, pero hasta que Él no sea para ti, el Cristo, el Hijo del Dios vivo, no le has conocido y no sabes la respuesta a la pregunta mas importante de tu vida. Pero lo puedes saber. Jesús te llama hoy.